I Congreso de Libro Electrónico en Barbastro: lo que se dijo

El I Congreso de Libro Electrónico se celebró en Barbastro los pasados días 24 y 25 de octubre. En esos dos días se celebraron varias mesas redondas que abarcaron muchos temas alrededor del mundo de los ebooks y las publicaciones digitales.

Servidor asistió como ponente a la charla titulada «Tecnología para la edición de libros electrónicos», aunque, por supuesto, estuve presente en el resto de ponencias desde el primer día. El congreso, a priori, parecía interesante, pero las expectativas superaron con creces a la realidad de un sector que sigue anclado en tópicos y discursos buenistas (o catastrofistas, depende de quién hable), sin reparar en una realidad tozuda y en unos principios de calidad que deberían primar en cualquier labor.

Desde las variadas alusiones a la piratería, pasando por la ausencia de un actor fundamental como son las bibliotecas, en general el congreso se dedicó a tratar los aspectos más económicos del libro: marketing (para autores y editoriales) y precios, dejando poco tiempo a elementos más interesantes como podrían ser el papel del editor (formación, situación actual), las cuestiones técnicas (que no tratamos en profundidad en la charla sobre tecnología) o el indispensable fomento de la lectura que necesitamos en un país donde los índices de lectores disminuyen cada año.

Lo cierto es que en un congreso dedicado al libro electrónico se oyó hablar de casi todo lo que rodea al libro, pero muy poco de éste. Y es de suponer que si los asistentes están implicados, de un modo u otro, en ese universo, sería lógico que se debatiesen en profundidad los problemas a los que se enfrenta el sector, sin cortapisas ni cortinas de humo.

Los discursos fáciles, basados en estrategias de marketing cuya efectividad es, cuanto menos, cuestionable, y los pesimistas, abordando la edición digital como si fuera un callo en el pie de la edición tradicional, no tenían sentido en un congreso de estas características. Lo lógico sería señalar las faltas y los errores, tratar de enmendar lo que tiene solución y admitir la ignorancia sobre las cuestiones que escapan a nuestro control.

Una carencia fundamental, y que por supuesto se pasó por alto a lo largo de todo el congreso, fue la degradación de los procesos editoriales; sólo se apuntaron fugaces detalles que no sirvieron para poner el foco en una realidad sangrante: la industria editorial se ha olvidado de hacer buenos libros para lanzarse en una carrera autodestructiva en pos de una rentabilidad imposible de alcanzar. Los libros electrónicos, hoy por hoy, no pueden proporcionar los márgenes que los directores comerciales esperan, y eso conduce a un resultado mediocre, por no decir pésimo. Y otro tanto se puede decir de la edición en papel, aunque ese no era el tema del congreso.

Lo más interesante

    • Algunas de las declaraciones de Ernest Folch, de Ediciones B, sobre la piratería y la fijación de precios.

    • En general, casi toda la charla «El ebook en las aulas», en la que se señaló la dificultad de aplicar buenas prácticas en la edición digital de texto, una de las principales puntas de lanza en la implantación del libro electrónico.

    • La reivindicación de la labor del editor que hizo Miguel Aguilar, de Debate, en el mundo digital. Algo muy olvidado entre tanto interés por el precio y el marketing.


https://twitter.com/silviaclemares/status/393430934730833922

    • Las intervenciones de mis compañeros de mesa redonda, a cual más lúcida y que fueron los únicos en sacar a la luz la verdadera esencia del mundillo.


https://twitter.com/silviaclemares/status/393651415320907776

    • Diego Moreno, de Nórdica, que defendió los oficios del libro como el pilar de la industria y que dijo en voz alta, casi por primera vez en dos días de congreso, que se hablaba poco de libros.

  • La labor de moderación de algunos invitados, como el caso de Paula Corroto o Antón Castro, que enriquecieron el debate y sacaron lo mejor de los ponentes.

Lo peor

    • El discurso apocalíptico del presidente de CEGAL, recurriendo a tópicos y escapando de toda autocrítica.

    • El (bochornoso) momento teletienda durante la mesa dedicada a las tabletas de Amazon, Casa del Libro y Google. Ya sabemos que ponen el capital, pero aquello fue demasiado.

4 Comentarios

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  • 31/10/2013 en 12:37

    Gracias por el resumen del congreso Emiliano, la verdad lo leo con un poco de pena y envidia por no haber podido asistir, aunque por lo que comentas hubo mucho de más de lo mismo…
    Muy interesantes además tus conclusiones, yo sinceramente la «piratería» la veo más como una consecuencia de otros problemas, como el precio, la escasez de oferta, la falta de calidad y sobre todo un tema que no suele mencionarse y que debería estar por encima del factor precio: la conveniencia: Para comprar un libro tengo que desplazarme a la librería, donde además puedo encontrarlo o no. Cuando pienso en un ebook espero poder comprarlo a menor precio y con un par de clics, si no lo encuentro en formato digital, no me convence el precio, me complican la compra con DRM, passwords, instalación a través de un ordenador, la calidad es pésima… Entonces quizá la descarga ilegal sea más conveniente.
    No quiero enrollarme más. ¡Un saludo desde Venecia!

    • 01/11/2013 en 14:58
      En respuesta a: Manuel Algaba Cortés

      Hola, Manuel.

      Sí, lo cierto es que el debate sobre la piratería está ahí, pero en absoluto es algo que debiese monopolizar las charlas y los congresos. Los verdaderos problemas no se han señalado y la autocrítica no ha salido de boca de nadie. El mercado del libro electrónico tiene unos cuantos retos por delante que sólo pueden abordarse con responsabilidad y con una visión clara de la situación: los discursos quedan muy bien de cara a los resúmenes de prensa y los titulares, pero los que estamos «detrás» sabemos bien que no es tan bonito como lo pintan.

      Un saludo.

  • 06/11/2013 en 12:11

    Gracias por la crónica: he leído pocas con las que esté más de acuerdo.
    En la distancia, yo eché de menos que se hablara más de los oficios y de cómo los oficios han evolucionado y se requiere formación/puesta al día para hacer eBooks de calidad. Tampoco se habló de cómo el eBook puede permitir a los editores mejorar las remuneraciones de autores y traductores, algo que eché especialmente en falta…Todos preocupados por piratería y precios, pero pocos por la calidad y por los márgenes de autores/traductores.

    Buen trabajo en el congreso (y fuera de él), te felicito.

    • 06/11/2013 en 12:29
      En respuesta a: Marina M. Mangado

      Gracias por el comentario, Marina.

      Ciertamente faltaron muchas conversaciones y se obviaron aspectos de este mundo que son necesarios para su comprensión cabal. La verdad es que no era un congreso técnico, así que hasta cierto punto es lógico que no se profundizase en algunos temas, pero las ausencias que citas fueron clamorosas.
      Parece ser que habrá una nueva edición el año próximo, así que esperamos que se amplíe un poco el abanico de temas a tratar.

      Un saludo.

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